jueves, 27 de junio de 2013

–Mamá, quiero ser abogado... –Estás desheredado. (De la abogacía y otras perversiones).

–Mamá, ya sé qué voy a ser de grande. Quiero ser abogado.
–No
–Pero, mamá...
–Pero nada. Yo quiero que estudies algo "decente".
–(Igual, voy a ser abogado, aunque no quieras).
–... ya no tengo hijo... vete de la casa; estás desheredado y le diré a tus amigas que ahora eres gay.

Tal vez exagero un poco, pero ni pongo en duda que haya madres así.

Este texto (si acaso puede llamársele así a esta "cosa" que les presento) hablará, en gran medida,
de cómo un niño (yo) decidió "manchar" su futuro (estudiar Derecho). [Es broma esto eh; tengo que aprender a reírme de mí mismo].
Si acaso deciden seguir leyendo, se los agradezco; y si no, igual y no me opongo. Gracias.

Cuando niño,
aunque nunca nadie me preguntó «Y, tú, niño, qué quieres ser cuando seas grande»; siempre pensaba en eso.
Jamás creí –jamás quise, tampoco– estudiar Derecho.
Qué tremenda estupidez –me arengaba. Ahora, al parecer, no soy buen porristo.

Del cómo decidí ser abogado no me acuerdo bien. Solo sé que nuestro encuentro (el Derecho y yo) no fue amor a primera vista.
No fue de esos encuentros en que a uno "casualmente" se le caen los libros y es "el otro" quien ayuda a recogerlos... No, no fue así.

(...)

¿Qué es un abogado?
La primera vez que respondí a eso, creía que un abogado era –como en las películas gringas– un sujeto de traje y corbata que defendía las causas "JUSTAS". Es que tenía 8 años, ¿qué querían que respondiera?

A los 14, me enteré con "Mentiroso mentiroso"(un película de Tom Shadyac y actuada por Jim Carrey), que las causas injustas también ganan (sí, lo sé, lo sé; 14 años es un poco grandecito para recién enterarme de eso. Es que yo era inocente –algo así como Fernandito, el hermano de Cachín–, además que recién me dejaron verla a esa edad; por eso de "apto para 14").

Desde entonces, no quise saber nada de esos que se hacían llamar 'abogados'.
Hasta que pasado un tiempo, de improvisto, fui, con la ignorancia de alguien que recién terminó 5to, a una academia preuniversitaria a matricularme (no entiendo cómo; ni sabía qué iba a estudiar, pero igual fui), una vez que llegué al segundo piso recién me percaté de la tremenda estupidez que estaba haciendo; pero seguí.
Estaba allí, yo, todo nervioso, frente a "la señorita secretaria"; me miró y me dijo: "Te has equivocado; aquí no es".
Educadamente me retiré y en el pasillo morí de risa. Subí un piso más y ahí la tenía, ésta sí era la verdadera 'señorita secretaria'.
Me dijo: Qué canal (dudé con el famoso "ehh... este") y recordé que mi profesora del colegio, en algún momento que no recuerdo bien, me preguntó lo mismo; así que casi maquinalmente respondí: "Derecho"(como le había respondido en aquel entonces a ella).
Me estaba arrepintiendo por dentro, pero sentía que si le decía a la 'señorita secretaria' un « no, no, mejor no» se enojaría. Y así, sin querer (o queriendo, pero sin saberlo) es que estudio Derecho.

Digo queriendo sin saberlo porque creo, hasta ahora, que de alguna manera rara, siempre me gustó (inconscientemente) eso de "Derecho" dado que muchas de los personajes que admiro estudiaron Derecho.
Pero ahora, eso no importa.
La cosa es que "me gusta" (I like); No diré que me encanta porque mentiría.

¡Ah!, ahora que me viene a la mente. Lo que quiero estudiar es "Filosofía y Letras" –mataría por estudiar eso– (esto último lo escribí recién, una semana luego de publicar. Si acaso a alguien le importa, claro).

No hay comentarios:

Publicar un comentario